miércoles, 8 de mayo de 2024

EL ESPÍRITU NOS GUÍA


 Tengo mucho más que deciros, pero en este momento sería demasiado para vosotros. Cuando venga el Espíritu de la verdad, os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que dirá todo lo que oye y os hará saber las cosas que van a suceder. Él me honrará, porque recibirá de lo que es mío y os lo dará a conocer. Todo lo que tiene el Padre, también es mío; por eso os he dicho que el Espíritu recibirá de lo que es mío y os lo dará a conocer.

El Espíritu nos defiende, el Espíritu nos lleva hasta la Verdad. Todos queremos conocerla, pero muchas veces la buscamos en lugar equivocado. Es el Espíritu quien nos guía y es a Él, a quien debemos escuchar. A través de la Oración y de la meditación es donde llegaremos a ella.
Meditar cada día la Palabra encomendándonos al Espíritu, nos llevará a la Verdad.
Mirar las cosas, los acontecimientos con los ojos del Espíritu, nos llevará a entenderlos, a interpretarlos correctamente...a encontrar a Dios en ellos.


martes, 7 de mayo de 2024

ÉL NOS ENVÍA AL ESPÍRITU

 


Pero ahora me voy para estar con el que me envió, y ninguno de vosotros me pregunta a dónde voy; al contrario, os habéis puesto muy tristes porque os he dicho estas cosas. Pero os digo la verdad: es mejor para vosotros que me vaya. Porque si no me voy, el defensor no vendrá a vosotros; pero si me voy, os lo enviaré. Cuando él venga, mostrará claramente a la gente del mundo dónde está la culpa, dónde la inocencia y dónde el juicio. La culpa la mostrará en ellos, porque no creen en mí; la inocencia, en mí, porque voy al Padre y ya no me veréis; y el juicio, en el que manda en este mundo, porque ya ha sido condenado.

Los discípulos se entristecen. No entiende que Jesús debe partir para deja al Espíritu, aquel que nos ayuda, nos defiende, nos elimina, quedarse con nosotros. No olvidemos que ese Espíritu es el Amor que debe reinar en nuestras vidas. El Amor que deja con claridad cada uno en su sitio mostrando quién hace el mal, dónde debemos buscar la inocencia y que juzga al jefe del mal en este mundo.

"(...) A menudo topamos con dificultades en nuestro caminar diario: no salen los planes tal y cómo habíamos previsto, no encontramos la comprensión merecida entre los que nos rodean, tenemos la sensación de que al otro lado del túnel no hay ninguna luz porque no vemos un futuro esperanzador… En momentos así por los que todos atravesamos de vez en cuando, no podemos olvidar lo que el Espíritu Santo, el “Defensor”, es capaz de hacer si lo dejamos habitar en nosotros: fuerte como un temblor de tierra que hace temblar los cimientos, capaz de romper las cadenas más robustas. Miremos a aquellos que como Pablo y Silas han confiado en medio de las adversidades en la promesa que Jesús nos recuerda hoy en el Evangelio: “vendrá a vosotros el Defensor”. Espíritu que juzgará con verdad, que pondrá todo a la luz. Esa confianza y esa paz interior les permitía cantar con gozo himnos a Dios dentro de la prisión después de haber recibido un duro castigo.
Claro que tenemos derecho a protestar y a desahogarnos, pero un creyente no puede derrumbarse porque no está solo. Tenemos que creer siempre en la asistencia amorosa de Dios a través de su Espíritu, porque incluso en medio de las oscuridades y cárceles de nuestra vida, aunque no la veamos, la acción del Defensor está actuado, no se detiene. “¿Qué tengo que hacer para salvarme?”, preguntó el carcelero a Pablo y Silas, “cree en el Señor Jesús y te salvarás tú y tu familia”, le contestaron. Está todo dicho: cree, también en la oscuridad de tus momentos de cárcel."
(Juan Lozano cmf, Ciudad Redonda)

lunes, 6 de mayo de 2024

EL ESPÍRITU DA TESTIMONIO


 
Pero cuando venga el defensor, el Espíritu de la verdad, que yo enviaré de parte del Padre, él será mi testigo. Y también vosotros seréis mis testigos, porque habéis estado conmigo desde el principio
Os digo estas cosas para que no perdáis vuestra fe en mí. Os expulsarán de las sinagogas, e incluso llegará el momento en que cualquiera que os mate creerá que le está prestando un servicio a Dios. Eso lo harán porque no nos han conocido ni al Padre ni a mí. Os digo esto para que, cuando llegue el momento, os acordéis de que ya os lo había dicho.
  No os dije esto al principio porque yo estaba con vosotros.

Hoy Jesús nos dice que el Espíritu dará testimonio de Él. Ese Espíritu que descendería sobre ellos en Pentecostés. Y sigue anunciándonos que seguirle no es fácil. Que comporta incomprensión y persecución. Pero Él estará siempre junto a nosotros.
"Comenzamos una nueva semana y seguimos en tiempo de Pascua, un periodo más largo que el de Cuaresma pues necesitamos rumiar, tomar conciencia e interiorizar el acontecimiento central de nuestra fe: la Resurrección. Me da la impresión de que la Pascua no la vivimos con la misma intensidad que la Cuaresma, porque quizá nos resulta más fácil sintonizar con el sufrimiento y el dolor y no tanto con el gozo y la alegría. Y a esto precisamente estamos invitados a vivir en este tiempo: la resurrección de Jesucristo es también la nuestra, su gozo y su alegría es su regalo para nosotros.
Los discípulos necesitaron su tiempo de escuela con Jesús para asimilar este misterio que al final transformó radicalmente sus vidas y, cuando lo hicieron, el Maestro ascendió a los cielos, acontecimiento que celebraremos el próximo domingo. Durante esta semana el Evangelio de Juan se hace eco de este anuncio de Jesús: Él se va, pero no nos deja huérfanos; el Defensor, el Espíritu Santo estará siempre con nosotros.
Precisamente este Espíritu es el que impulsa a Timoteo, Pablo y Silas en la primera lectura de hoy a embarcarse rumbo a la provincia romana de Macedonia para anunciar a Jesús resucitado en Filipos, primera ciudad europea que visitan, conquistada por el padre de Alejandro Magno (Filipos) en el año 355 a. C. Allí nadie nunca ha oído hablar de Jesús, pero la fuerza, el coraje y la audacia del Espíritu Santo, lleva a estos misioneros a anunciar a Cristo en la orilla de un río donde Lidia, primera creyente de Europa, acogió el mensaje de salvación con el “corazón abierto”.
Jesús nos promete hoy su Espíritu, el Espíritu de la verdad. Nos estamos solos. Jesús nos dice hoy “desde el principio estáis conmigo”. Este espíritu Defensor, nos cuida, nos protege, nos ayuda a dar testimonio, a no tener miedo, a ser valientes como Timoteo y Pablo, a tener el corazón abierto como Lidia. Hay una condición: hay que estar receptivos y atentos para dejar al Espíritu posarse sobre nosotros, y para ello necesita su espacio en nuestro interior. Pídele hoy al Señor que te ayude a vaciarte de todo aquello que estorba en el trastero de tu corazón para que su Espíritu pueda acampar a sus anchas. ¡Ven Espíritu Divino!"
(Juan Lozano cmf, Ciudad Redonda)

domingo, 5 de mayo de 2024

EL ÚNICO MANDAMIENTO: AMAOS

  

 Yo os amo como el Padre me ama a mí; permaneced, pues, en el amor que os tengo. Si obedecéis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, como yo obedezco los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. 
  Os hablo así para que os alegréis conmigo y vuestra alegría sea completa. Mi mandamiento es este: Que os améis unos a otros como yo os he amado. No hay amor más grande que el que a uno le lleva a dar la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que os mando. Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; os llamo amigos, porque os he dado a conocer todo lo que mi Padre me ha dicho. Vosotros no me escogisteis a mí, sino que yo os he escogido a vosotros y os he encargado que vayáis y deis mucho fruto, y que ese fruto permanezca. Así el Padre os dará todo lo que le pidáis en mi nombre. Esto es, pues, lo que os mando: Que os améis unos a otros.

En el evangelio de hoy podemos unir todos los últimos comentarios que hemos hecho. Jesús nos muestra la importancia del Amor y cómo, solamente a través de ese Amor, podemos conocer a Dios.

"Lo que Jesús proclamó, lo que Juan, Pedro y tantos otros anunciaron, entonces, puede no ser original, pero sí fue original la forma de anunciarlo. Llevando ese amor hasta la entrega en la cruz Cristo, hasta el martirio los apóstoles, por amor. Siguiendo la voluntad del Padre, siempre. Respondiendo a lo que Dios quiere de nosotros, para ser felices. Porque si aceptamos esa misión, nos convertimos en “otros Cristos” y, a través de nosotros, es Él el que sana, ama, consuela y llena de paz. Unidos a Él, como el sarmiento a la vid, portadores de alegría y de paz.
Si lo pensamos bien, a nuestro alrededor hay muchas cosas que nos prometen esa paz y esa alegría. Pero pasan pronto. Más que hacernos crecer como personas, lo que la sociedad nos ofrece, en muchas ocasiones, solo fomenta el egoísmo, la búsqueda del placer y la autosatisfacción.  Es atrayente, por supuesto, pero todas esas son alegrías efímeras, pasajeras. La auténtica alegría, la que da Jesús, se puede medir con la vara de la prueba. En los malos momentos, a pesar de las dificultades, el creyente puede mantener la paz y sentirse alegre, por está cumpliendo la voluntad de Dios. Como los mártires, que pudieron morir contentos, porque morían por Cristo.
Sin llegar hasta el martirio, intentar cumplir los Mandamientos puede ser difícil, incluso doloroso, si nos lo tomamos en serio. Es que muchas cosas están en contra. Pero Jesús está a nuestro favor. Porque somos sus amigos, no sus siervos. Tenemos una comunión de vida con Jesús, no nos pide nada a cambio de haber dado la vida por nosotros. Y ahí está nuestra fuerza. Tenemos un aliado incansable en nuestro caminar por la vida.
Para poder hablar de paz, amor y alegría a los demás, es necesario sentir primero esa paz, ese amor y esa alegría en el corazón de cada uno, primero, y en nuestras comunidades, después. Solo si en nuestros grupos se practica la escucha, el perdón, la acogida, la tolerancia, podremos anunciar al mundo entero la Buena Nueva de Cristo. “Quien no ama al hermano a quien ve, no puede amar a Dios a quien no ve” (1 Jn 4,20). Y todo eso deriva de la experiencia de amistad con Cristo. Que sea nuestro confidente, que sintamos su apoyo y que nos mueva a amar, testimoniar y entregarnos a Él más y más cada día."
(Alejandro Carbajo cmf, Ciudad Redonda)

sábado, 4 de mayo de 2024

AMOR - ODIO

 


Si el mundo os odia, sabed que a mí me odió primero. Si fuerais del mundo, la gente del mundo os amaría como ama a los suyos. Pero yo os escogí de entre los que son del mundo, y por eso el mundo os odia, porque ya no sois del mundo. Acordaos de lo que os dije: ‘Ningún sirviente es más que su amo.’ Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; y si han hecho caso a mi palabra, también harán caso a la vuestra. Todo esto van a haceros por mi causa, porque no conocen al que me envió.

Ayer Jesús nos hablaba de Amor. Hoy nos habla de odio. Él lo vivió en su propia carne. Amó a todos, se entregó, los curó...y lo crucificaron.
Esta dualidad Amor - odio, la encontramos en el mundo. Unos aman, se entregan, ayudan...siguen el camino de Jesús, llevan su nombre.
Otros sólo piensan en ellos mismos, buscan el poder, el dinero, la fuerza y oprimen y matan para conseguirlo.
Si nos alineamos en el grupo del Amor, si nos dejamos escoger por Él, no debe extrañarnos que seamos incomprendidos, que se burlen de nosotros, que se rían...incluso que lleguen a matarnos.
La razón por la que hacen eso nos la da el mismo Jesús: Porque no conocen a Dios.
Nuestra esperanza está, en que como veíamos ayer, con nuestra vida llena de Vida, llena de Amor, es como lograremos que conozcan a Dios; que se den cuenta de dónde está y de quien es. No dejemos de Amar...

viernes, 3 de mayo de 2024

DÓNDE ENCONTRAMOS A DIOS

  

Jesús le contestó:
– Yo soy el camino, la verdad y la vida. Solamente por mí se puede llegar al Padre. Si me conocéis, también conoceréis a mi Padre; y desde ahora ya le conocéis y le estáis viendo.
Felipe le dijo entonces:
– Señor, déjanos ver al Padre y con eso nos basta.
Jesús le contestó:
– Felipe, ¿tanto tiempo hace que estoy con vosotros y todavía no me conoces? El que me ve a mí ve al Padre: ¿por qué me pides que os deje ver al Padre? ¿No crees que yo estoy en el Padre y el Padre en mí? Las cosas que yo os digo no las digo por mi propia cuenta. El Padre, que vive en mí, es el que hace su propia obra. Creedme que yo estoy en el Padre y el Padre en mí; si no, creed al menos por las propias obras. Os aseguro que el que cree en mí hará también las obras que yo hago; y hará otras todavía más grandes, porque yo voy al Padre. Y todo lo que pidáis en mi nombre yo lo haré, para que por el Hijo se manifieste la gloria del Padre. Yo haré cualquier cosa que me pidáis en mi nombre.

Hoy Jesús se define con tres palabras: camino, verdad y vida. Los apóstoles siguen sin entender y Felipe pide que Jesús les muestre al Padre.
Precisamente ayer leía en un periódico la afirmación de una científica: Dios y ciencia son incompatibles. Como Felipe, seguimos sin entender nada. El camino para llegar a Dios no es, ni será nunca la ciencia, porque se trata de dos dimensiones diferentes.
A Dios se llega a través de Jesús. ¿Qué quiere decir esto? Pues que se llega a través de vivir como Él vivió. Descubrimos a Dios cuando nos damos cuenta de la importancia del amor a los demás y vivimos, realmente, amando a los demás. Cuando, como Jesús, vemos en los demás, en los más pobres, en los niños, en los abandonados, en los perseguidos, a nuestros hermanos a los que debemos amar. Es en el momento en que realmente los amemos, cuando descubriremos al Padre, descubriremos a Dios. Esta es la Verdad, ciertamente distinta de la científica, que nos enseña Jesús. Esa es la Vida, su Vida, que nos invita a vivir. 

jueves, 2 de mayo de 2024

INMERSOS EN EL AMOR


 Yo os amo como el Padre me ama a mí; permaneced, pues, en el amor que os tengo. Si obedecéis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, como yo obedezco los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Os hablo así para que os alegréis conmigo y vuestra alegría sea completa.

Ayer, para indicarnos cómo debíamos estar unidos a Él, Jesús utilizaba el símil de la vid y los sarmientos. Hoy nos habla del Amor total, del Amor verdadero.
Nos dice que debemos vivir en el Amor, permanecer en el Amor, su Amor.
La vida puede ser más o menos fácil. Podemos pasar por circunstancias muy difíciles; pero si vivimos unidos con Él y unos y otros, en el Amor, todo lo podremos superar. 
Nuestra sociedad busca la alegría. Muchas veces la confundimos con la distracción, con el ocio, con el placer; pero todo esto es pasajero. Sólo el Amor, el verdadero Amor, nos da la alegría completa. La alegría de amar y de saberse amado.